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Sueños sonoros, una estrategia para formar adolescentes y jóvenes del Sistema de Responsabilidad Penal

Bogotá, D. C.
Viernes 13 de Diciembre de 2024 - 04:09 PM
Gracias a una alianza entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Fundación Mi Historia, 206 adolescentes y jóvenes vinculados al Sistema de Responsabilidad Penal recibieron formación en periodismo de paz y producción audiovisual, programa que busca fomentar la inclusión social y transformar narrativas personales, permitiendo comprender el pasado y construir un mejor futuro.
A través del programa Sueños Sonoros, adolescentes y jóvenes de los departamentos de Bogotá, Amazonas, Huila, Norte de Santander, Valle, Cauca, Santander, Nariño, Chocó, Cundinamarca y Antioquia participaron en el diplomado que tuvo una duración de cuatro meses, iniciativa que no solo fortaleció sus habilidades en comunicación y narración, sino que también promovió la inclusión social mediante el periodismo, brindándoles herramientas para amplificar sus voces, visibilizar sus historias y generar impacto en sus comunidades.

Durante el proceso de formación impartido por la Universidad del Rosario, los estudiantes tuvieron la oportunidad de acceder a herramientas que les permitió tener una visión diferente para contribuir a la reducción de violencias, desarrollar la autoeficacia y fomentar el diálogo, la creatividad y la construcción de narrativas que reflejen sus realidades y aspiraciones.

Al respecto, Erick, un joven de 17 años del departamento de Cundinamarca, expresó su entusiasmo por la experiencia, "me pareció muy chévere la dinámica porque acá he aprendido muchas cosas. Es una distracción para nosotros al estar aquí; además, es la oportunidad de aprender algo nuevo que no sabíamos. Nos han enseñado a tomar fotos, manejar cámaras y editar videos. Lo que más me gusta es que nos han ayudado a proyectar nuestro futuro, a pensar en qué queremos ser y qué queremos hacer".

Igualmente, Magally Macías subdirectora de Responsabilidad Penal del Bienestar Familiar indicó que “es una herramienta que permite el desarrollo de capacidades, habilidades y destrezas y, además, brinda la oportunidad de posicionar temas clave como la justicia restaurativa, la construcción de políticas públicas y la incidencia en los territorios. Asimismo, contribuye a la construcción de paz y a la prevención del delito. Estos espacios son fundamentales para promover la participación activa y escuchar las voces de los adolescentes y jóvenes, empleando estrategias vivenciales, artísticas y culturales que enriquecen su formación y fortalecen su impacto en la sociedad”.

A su turno, Mathew Charles, director de la Fundación Mi Historia dijo que “la meta de trabajar con adolescentes del sistema penal es deconstruir el estigma a menudo asociado con el crimen juvenil y entender los problemas estructurales que lo alimentan”.

Además, dijo que “la gran mayoría de las personas y comunidades tienen una voz. El problema es que a veces no escuchamos o elegimos escuchar solo a los que gritan más fuerte. Como periodistas, es nuestro deber buscar esas voces en los márgenes; aquellas que otros podrían intentar silenciar o que, por cualquier razón, sólo susurran. Debemos escucharlos porque al crear un espacio para que los marginados sean escuchados, podemos empezar a incluir historias que proporcionen una imagen mucho más detallada de la verdad”.
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar - ICBF Comunicaciones

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