Los cuerpos de los niños y las niñas no son territorio de guerra
Bogotá, D. C.
Lunes 25 de Noviembre de 2024 - 09:57 PM

La directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, aseguró que el conflicto armado de ningún país puede ser excusa para usar el cuerpo de los niños, las niñas, las adolescentes y las mujeres como botín de guerra.
La declaración la hizo durante su participación como moderadora del panel sobre violencia sexual en el conflicto armado, realizado durante la
IV Conferencia Internacional de PSVI de la organización PSVI (Iniciativa para Prevenir la Violencia Sexual en los Conflictos) de Reino Unido,
evento en el que también participaron Tanya Chapuisat, Representante de UNICEF para Colombia; AjnaJusic, sobreviviente y miembro del Grupo Asesor PSVI; Grace Achan cofundadora de la Women'sAdvocacy Network Uganda (WAN) y Vasfije Krasniqui, activista representante de las víctimas de Kosovo.
“Hoy vamos a hablar del impacto que tiene en la niñez el conflicto armado y cómo sus cuerpos se convierten en botín de guerra”, dijo al iniciar su declaración la funcionaria colombiana.
Por su parte, la Representante de UNICEF para Colombia, Tanya Chapuisat, dio a conocer cifras reveladoras sobre este fenómeno: “el informe de la Secretaría General de las Naciones Unidas asegura que la violación contra niños alcanzó niveles extremos en 2023 con un aumento del 25% respecto del 2022, es decir 1472 casos de violencia sexual en contra de niños fueron verificadas a nivel global.
En Colombia la violencia sexual ha aumentado desde el 2019 con 75 casos desde ese año. Estas cifras son la punta del Iceberg que nos permite verificar que es un problema de una magnitud enorme”.
La funcionaria también destacó el papel de la Justicia Especial para la Paz (JEP) en la apertura, seguimiento y condena del caso 007 sobre delitos de guerra en el país, “este tribunal recientemente reveló que había un patrón sistemático de reproducción de violencias sexuales contra niños y adolescentes reclutados por las antiguas Farc, contratación forzada, violación, aborto forzado y otros crímenes, el reconocimiento de estos vejámenes representa un paso muy importante para las víctimas”.
Testimonios desgarradores
La participación de las invitadas no solo permitió conocer los desgarradores testimonios de las sobrevivientes, sino también las medidas de reparación que adoptaron sus estados.
Ajna Jusic, por ejemplo, aseguró que en Bosnia Herzegovina, su país, era muy lamentable que en el colegio fuera señalada como una niña sin padre, “no era solo que mi mamá hubiera sido víctima de violencia sexual, sino además que no tenía padre y la sociedad no me reconocía como un igual. Fue muy difícil que los tomadores de decisiones y la sociedad entendiera que éramos víctimas. Estamos hablando de 50 mil sobrevivientes en mi país”.
A su turno, Grace Achan, Cofundadora de la Women's Advocacy Network en Uganda, sostuvo que la guerra en su país dejó a muchas mujeres víctimas de los rebeldes, ya que no solo fueron forzadas a hacer parte de esas organizaciones, sino que volvieron con hijos fruto de ese conflicto.
“Las mamás que llegaban con dos y tres niños víctimas volvieron pensando que sus padres los iban a apoyar, pero terminaban rechazadas por todos. Lo único que quedaba entonces era la tierra, pero los niños fruto de la guerra no tienen identidad, porque no tienen padre, y ahí hay una responsabilidad del Estado”, dijo.
A su turno, Vasfije Krasniqui, activista representante de las víctimas de Kosovo,aseguró que “por mucho tiempo el gobierno no nos reconocía como sobrevivientes, tuvimos que hacer muchas cosas para que en el 2014 nos reconocieran como tal. En el 2018 iniciaron un proceso de reparación, Kosovo nos dio una pensión mensual para los sobrevivientes ese es un muy buen modelo”.
Por último, la Representante de UNICEF para Colombia, Tanya Chapuisat, aseguró que “es posible la reparación de las víctimas, creemos que debemos construir y dar posibilidades para reiniciar la vida, parte del trabajo es que los niños puedan tener el acceso a la comunidad no es solo reconocer los derechos, sino que sean reconocidos como miembros plenos de la sociedad”. Agregó que se disculpa porque UNICEF no pudo estar allí con los niños víctimas, pero sostuvo que seguirá trabajando para que en el futuro eso no vuelva a suceder.
IV Conferencia Internacional de PSVI de la organización PSVI (Iniciativa para Prevenir la Violencia Sexual en los Conflictos) de Reino Unido,
evento en el que también participaron Tanya Chapuisat, Representante de UNICEF para Colombia; AjnaJusic, sobreviviente y miembro del Grupo Asesor PSVI; Grace Achan cofundadora de la Women'sAdvocacy Network Uganda (WAN) y Vasfije Krasniqui, activista representante de las víctimas de Kosovo.
“Hoy vamos a hablar del impacto que tiene en la niñez el conflicto armado y cómo sus cuerpos se convierten en botín de guerra”, dijo al iniciar su declaración la funcionaria colombiana.
Por su parte, la Representante de UNICEF para Colombia, Tanya Chapuisat, dio a conocer cifras reveladoras sobre este fenómeno: “el informe de la Secretaría General de las Naciones Unidas asegura que la violación contra niños alcanzó niveles extremos en 2023 con un aumento del 25% respecto del 2022, es decir 1472 casos de violencia sexual en contra de niños fueron verificadas a nivel global.
En Colombia la violencia sexual ha aumentado desde el 2019 con 75 casos desde ese año. Estas cifras son la punta del Iceberg que nos permite verificar que es un problema de una magnitud enorme”.
La funcionaria también destacó el papel de la Justicia Especial para la Paz (JEP) en la apertura, seguimiento y condena del caso 007 sobre delitos de guerra en el país, “este tribunal recientemente reveló que había un patrón sistemático de reproducción de violencias sexuales contra niños y adolescentes reclutados por las antiguas Farc, contratación forzada, violación, aborto forzado y otros crímenes, el reconocimiento de estos vejámenes representa un paso muy importante para las víctimas”.
Testimonios desgarradores
La participación de las invitadas no solo permitió conocer los desgarradores testimonios de las sobrevivientes, sino también las medidas de reparación que adoptaron sus estados.
Ajna Jusic, por ejemplo, aseguró que en Bosnia Herzegovina, su país, era muy lamentable que en el colegio fuera señalada como una niña sin padre, “no era solo que mi mamá hubiera sido víctima de violencia sexual, sino además que no tenía padre y la sociedad no me reconocía como un igual. Fue muy difícil que los tomadores de decisiones y la sociedad entendiera que éramos víctimas. Estamos hablando de 50 mil sobrevivientes en mi país”.
A su turno, Grace Achan, Cofundadora de la Women's Advocacy Network en Uganda, sostuvo que la guerra en su país dejó a muchas mujeres víctimas de los rebeldes, ya que no solo fueron forzadas a hacer parte de esas organizaciones, sino que volvieron con hijos fruto de ese conflicto.
“Las mamás que llegaban con dos y tres niños víctimas volvieron pensando que sus padres los iban a apoyar, pero terminaban rechazadas por todos. Lo único que quedaba entonces era la tierra, pero los niños fruto de la guerra no tienen identidad, porque no tienen padre, y ahí hay una responsabilidad del Estado”, dijo.
A su turno, Vasfije Krasniqui, activista representante de las víctimas de Kosovo,aseguró que “por mucho tiempo el gobierno no nos reconocía como sobrevivientes, tuvimos que hacer muchas cosas para que en el 2014 nos reconocieran como tal. En el 2018 iniciaron un proceso de reparación, Kosovo nos dio una pensión mensual para los sobrevivientes ese es un muy buen modelo”.
Por último, la Representante de UNICEF para Colombia, Tanya Chapuisat, aseguró que “es posible la reparación de las víctimas, creemos que debemos construir y dar posibilidades para reiniciar la vida, parte del trabajo es que los niños puedan tener el acceso a la comunidad no es solo reconocer los derechos, sino que sean reconocidos como miembros plenos de la sociedad”. Agregó que se disculpa porque UNICEF no pudo estar allí con los niños víctimas, pero sostuvo que seguirá trabajando para que en el futuro eso no vuelva a suceder.