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Agosto 3, 2022

Un dibujo puede cambiar el mundo, puede cambiar nuestro país

Un dibujo puede cambiar el mundo, puede cambiar nuestro país
«Un dibujo puede cambiar el mundo» es una iniciativa de participación de niñas y niños en la que comparten la experiencia de creación de carteles colectivos a través de la exploración de distintos materiales y del lenguaje gráfico.
Un dibujo puede cambiar el mundo, puede cambiar nuestro país
Así diseñan y crean sus carteles con un dibujo, una idea, un sentir, un pensamiento que, en conjunto, se convierten en mensajes de niñas y niños para cambiar el mundo y que requieren ser expuestos y visibilizados.
 
Esta iniciativa es una valiosa experiencia que coincide y ejemplifica las apuestas de la línea de participación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), pues da cuenta de que las niñas y niños, desde el comienzo de su vida, tienen capacidades y lenguajes propios para interactuar, opinar, decidir e incidir en todos los lugares que habitan.

También, manifiesta la importancia de estrategias, creadas y lideradas por niñas y niños, a partir de la identificación de sus intereses o preocupaciones. Para ello, se les acompaña para que realicen lecturas sensibles de su cuerpo y su territorio para que sean ellas y ellos quienes identifiquen las acciones a adelantar para favorecer su bienestar y el de su comunidad.
 
A su vez, amplifica las voces de la infancia, con la creación participativa de mensajes movilizadores, como herramientas para promover reflexiones y transformaciones en sus familias y comunidades, necesarias para gozar del espacio público y de cambiar maneras de relacionarse con adultos.
 


Un laboratorio para la transformación
 
Esta iniciativa de participación de niñas y niños es acompañada por Alejandra Forero y John Vela, creadores del laboratorio experimental Zorro + Conejo, que propone experiencias en las cuales el arte, la lectura y el diseño se convierten en detonantes para la creación, la participación, la transformación y apropiación de los entornos para que sean habitados por niños y niñas, desde la comprensión de sus lenguajes y expresiones particulares.

De esta forma, el espacio público, el barrio o la vereda se convierten en lugares de participación e intervención. Su presencia, a través de estos carteles, con su poética, sus voces y lenguajes, buscan que los adultos y la comunidad valoren, aprendan a ver, escuchar y leer sus mensajes con expresiones y preocupaciones, sobre el mundo en el que viven. Además de promover el cambio de sus realidades y que sus hogares no los maltraten y puedan disfrutar de entornos protectores, ayudando a recordar que quieren ser felices.
 
Asimismo, las acciones colectivas en los espacios públicos están acompañadas de una movilización por redes sociales que invita a la comunidad a apreciar y ver en los entornos públicos y digitales sus voces.
 
Este conjunto de elementos tan valiosos de «Un dibujo puede cambiar el mundo» aportan a inspirar, descubrir, provocar y proponer acciones creativas para que familias, comunidades e instituciones promuevan la participación de niñas y niños, con sus voces y lenguajes de expresión, como posibilidad de estar presentes, de aportar al bienestar, desde sus propias experiencias y reconocimiento.