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Mayo 12, 2020

Relaciones virtuales durante la cuarentena: no caigas en el juego del grooming

Relaciones virtuales durante la cuarentena: no caigas en el juego del grooming
¡Que no te pase a ti! Esta historia te ayudará a comprender cuáles son los riesgos de compartir fotos en internet, especialmente, si son íntimas o privadas.
Relaciones virtuales durante la cuarentena: no caigas en el juego del groomin
Relaciones virtuales durante la cuarentena: no caigas en el juego del grooming

¡Que no te pase a ti! Esta historia  te ayudará a comprender cuáles son los riesgos de compartir fotos en internet, especialmente, si son íntimas o privadas.

Camila, una niña de 13 años, comenzó a utilizar más su celular durante la cuarentena para interactuar con sus amigos y amigas del colegio y subir fotos en sus redes sociales sobre lo que hace en el día. Una de sus publicaciones fue una selfie que recibió varias reacciones, entre ellas, la de Pablo, un joven que le envió corazones y que hacía parte de su lista de amigos aunque ella no lo conocía.

Pablo saludó a Camila por mensajes internos y ella quiso saber un poco más de él, así que revisó su perfil. Allí encontró que tenía 16 años, estudiaba en un colegio que ella conocía y tenían varios amigos en común, por lo que no vio inconveniente en continuar la conversación.

Durante más de una semana hablaron a diario durante todo el día. Charlaron de temas cotidianos como el colegio, sus hobbies y sus series favoritas. Así mismo, comenzaron a intercambiar fotos de comidas, de sus mascotas, de sus familiares y algunas selfies.

Pablo le dijo que le gustaría conocerla después de la cuarentena porque le parecía una chica muy linda y graciosa. Ella, por su parte, se sintió confianza y a gusto con sus charlas, pensando que tenía un nuevo amigo. Incluso, llegó a sentir atracción por él.

Una noche, antes de despedirse, Pablo le dijo que quería tener una foto en la que pudiera ver más su cuerpo para soñar con ella. Al principio Camila se sintió extrañada con esa petición pero lo hizo porque confiaba en él.

Esto empezó a suceder todas las noches y Pablo comenzó a hacerle algunas sugerencias a Camila de cómo quería que fueran esas fotos: sin camisa, más cerca a la cámara, en ropa interior, etc. Pablo le dijo que este sería un secreto entre los dos y le hizo creer a Camila que, al final, era un  juego que no tenía ninguna mala intención.

Cuando Camila envió las fotos, mostrando más su cuerpo y en ropa interior, Pablo comenzó a comentar las fotos con un lenguaje de tipo sexual, y aunque esto, a veces, la hizo sentir extraña e incómoda, ella pensaba que no se trataba de algo grave porque, finalmente, no había contacto físico entre ellos.

Una noche, él le pidió que le enviara un video desnuda. Camila se sintió mucho más  incómoda y se negó. Pablo le insistió y la llamó a su celular. Camila respondió a la llamada y, al escuchar una voz de adulto, se asustó y sintió mucho miedo. Pablo, a su vez le reprochó que si fue capaz de enviar esas fotos, también puede enviar el video. Luego, la amenaza diciéndole que, si no lo hace, enviará las fotos a todos sus amigos del colegio y a su familia, y las publicará en redes o las venderá.

Camila estaba muy confundida y avergonzada, creía que todo lo que estaba pasando era su culpa. Estaba asustada y no sabía qué hacer. En ese momento recordó que días atrás vio un comercial en la televisión sobre una línea de ayuda para niños, niñas y adolescentes exploró en internet y la encontró.

Tomó su celular y marcó al 141, allí le contestó Natalia, una psicóloga especializada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quien la escuchó. Camila, poco a poco, le contó lo que estaba sucediendo, se sintió segura y confiada. Natalia la apoyó y le brindó una respuesta oportuna sobre lo que debía hacer para afrontar esta situación.
 
¡Que no te pase a ti!

Cuando escuchamos historias como la de Camila, las vemos distantes y pensamos que nunca nos van a ocurrir.

Pero lo cierto es que suceden con más frecuencia de lo que te imaginas. A través de engaños, los agresores se ganan tu confianza y, cuando menos lo esperas, te encuentras en una situación que pone en riesgo tu integridad.

Lo que le ocurrió a Camila es una forma de violencia sexual conocida como explotación sexual comercial en línea o grooming, que hace referencia a una relación engañosa por internet, donde el propósito es conocer a un niño, niña o adolescente y volverlo vulnerable a contactos y violencia sexual.

Para evitar este tipo de situaciones, te recomendamos hacerte las siguientes preguntas:
 
  • ¿Le conozco lo suficiente para querer que sepa con quién ando, lo que hago y lo que me gusta? No aceptes solicitudes de amistad de personas que no conozcas físicamente o que no conozcas bien.
 
  • ¿Los números reflejan mis amistades reales? Si en tus redes sociales tienes entre 200 y 400 amigos, puede ser un indicador que estás aceptando a personas que no conoces.
 
  • ¿Lo tengo todo público? Tu perfil en redes sociales debe contar con una configuración de privacidad.
 
  • ¿Es seguro publicar dónde estoy todo el tiempo? Especialmente si no estás seguro de que todos tus contactos son conocidos, evita publicar fotos de dónde estás todo el tiempo, pues algunas personas se aprovechan de esto para manipularte o ponerte en riesgo.
 
  • ¿Quiero que mis fotografías íntimas puedan ser utilizados por otras personas? Recuerda que sólo se necesita un clic para reenviar. No compartas fotografías o contenido íntimo que pueda quedar en los dispositivos de otras personas y pueda ser robada o reenviada.
 
  • ¿Sientes que debes ocultar con quién estás hablando? Si sientes que debes ocultar con quién hablas, posiblemente estás construyendo una relación que no es sana para ti.
 
No dudes en hablar con un adulto de confianza si te están sugiriendo que envíes información personal o fotos íntimas por redes sociales. Ellos pueden ayudarte.
 
Creo que soy víctima de grooming, ¿qué hago?

Lo más importante que debes saber es que no eres la única persona que ha sido víctima de este delito y que existen profesionales especializados para escucharte, ofrecerte orientación, herramientas y el acompañamiento para que puedas superar las posibles afectaciones y hacer las denuncias necesarias.

Si te ves involucrado en una situación similar a la de Camila busca ayuda. Debes saber que tus derechos son importantes y que este tipo de vulneraciones pueden tener graves consecuencias para tu integridad, aunque no ocurran de forma física.

Además, reportar a tiempo puede ayudar a prevenir otro tipo de vulneraciones, tanto para ti como para otras niñas, niños y adolescentes, ya que muchas veces estos agresores funcionan en redes y tienen múltiples víctimas.
El ICBF y otras entidades del Gobierno Nacional tienen líneas de ayuda para ofrecer ayuda inmediata y especializada frente a estos casos. No dudes en comunicarte, desde cualquier parte del país, si conoces o estás viviendo alguna situación de vulneración:

ICBF Línea 141

Línea Purpura 155

Ministerio de Salud Línea 192

Fiscalía General de la Nación Línea 122