Invitamos a reconocer 10 formas como las niñas y niños de primera infancia se expresan e interactúan y, a partir de ese reconocimiento, estar abierto a comunicarse conscientemente con ellos y conectar con sus intereses, necesidades, expectativas y capacidades. De esta forma, acompañarlos a fortalecer sus habilidades para expresarse de manera asertiva, participar en la vida diaria y sentirse capaces.
El llanto es la primera expresión de participación de los niños y las niñas porque es el mecanismo perfecto para indicar al cuidador o la cuidadora que necesitan algún tipo de atención.
Las expresiones no verbales de alegría, incomodidad, desagrado, entre otras, pueden ayudarte a entender sus deseos, sus disgustos y emociones.
El lenguaje verbal hará que su participación se amplíe a través de preguntas, solicitudes, ideas sobre lo que ven o relatos sobre sus experiencias.
Los dibujos y otras expresiones artísticas serán también un medio que contribuya a que los niños y las niñas de primera infancia puedan expresar sus ideas, sentimientos o preocupaciones.
Deben ser parte de las actividades lúdicas de las familias como salir a pasear, jugar, compartir con la familia extensa o caminar.
Pueden aportar sus ideas y curiosidad en actividades para contar historias o leer cuentos.
Pueden ir asumiendo su propio cuidado con independencia, en la medida en que ganan autonomía.
Desde los seis meses pueden tomar su alimento con la mano, a la par que el cuidador o la cuidadora les da la comida y hacia los dos años, ya pueden hacerlo solos en compañía del adulto.
Pueden tomar decisiones acordes con su momento de desarrollo, tales como elegir la ropa que desean ponerse, peinarse a su gusto o elegir arreglos según su estética; también, contribuir en decisiones familiares como la decoración del lugar donde duermen y aportar, incluso, sus dibujos o expresiones artísticas para darle un toque personal.
Cuando se les brindan alternativas, pueden aportar a la decisiones sobre normas de convivencia o aspectos como lo que se preparará de comida en la familia.
Tomado de: El valor de mi voz. Participación infantil en la familia. Cartilla No. 18 del ciclo de profundización de la modalidad Mi Familia..
El llanto es la primera expresión de participación de los niños y las niñas porque es el mecanismo perfecto para indicar al cuidador o la cuidadora que necesitan algún tipo de atención.
Las expresiones no verbales de alegría, incomodidad, desagrado, entre otras, pueden ayudarte a entender sus deseos, sus disgustos y emociones.
El lenguaje verbal hará que su participación se amplíe a través de preguntas, solicitudes, ideas sobre lo que ven o relatos sobre sus experiencias.
Los dibujos y otras expresiones artísticas serán también un medio que contribuya a que los niños y las niñas de primera infancia puedan expresar sus ideas, sentimientos o preocupaciones.
Deben ser parte de las actividades lúdicas de las familias como salir a pasear, jugar, compartir con la familia extensa o caminar.
Pueden aportar sus ideas y curiosidad en actividades para contar historias o leer cuentos.
Pueden ir asumiendo su propio cuidado con independencia, en la medida en que ganan autonomía.
Desde los seis meses pueden tomar su alimento con la mano, a la par que el cuidador o la cuidadora les da la comida y hacia los dos años, ya pueden hacerlo solos en compañía del adulto.
Pueden tomar decisiones acordes con su momento de desarrollo, tales como elegir la ropa que desean ponerse, peinarse a su gusto o elegir arreglos según su estética; también, contribuir en decisiones familiares como la decoración del lugar donde duermen y aportar, incluso, sus dibujos o expresiones artísticas para darle un toque personal.
Cuando se les brindan alternativas, pueden aportar a la decisiones sobre normas de convivencia o aspectos como lo que se preparará de comida en la familia.
Tomado de: El valor de mi voz. Participación infantil en la familia. Cartilla No. 18 del ciclo de profundización de la modalidad Mi Familia..