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Septiembre 10, 2021

Ghosting: las rupturas en la era del amor líquido

Ghosting: las rupturas en la era del amor líquido
Mencionaba Bauman (2005) que «en una red, conectarse y desconectarse son elecciones igualmente legítimas, gozan del mismo estatus y de igual importancia». La ruptura o terminación de una relación siempre supone una experiencia dolorosa, en algunos casos los miembros de la relación logran anticipar el fin y aparentemente se mitiga el dolor.
Ghosting: las rupturas en la era del amor líquido
Quienes han estudiado los procesos de duelo, han encontrado entre los factores que complejizan su elaboración, el carácter inesperado de la pérdida, la ausencia del cuerpo y la ambigüedad o la falta de claridad en las causas que dieron lugar a la ruptura de la relación.

Las dificultades para elaborar un duelo tienen que ver, principalmente, con la imposibilidad de que la persona pueda comprender lo sucedido y pueda darle sentido a lo ocurrido, de tal modo que la ruptura deja de ser un proceso que promueve el crecimiento y el desarrollo personal y se torna en una experiencia invalidante, paralizadora y traumática.

Cuando Bauman acuñó el concepto de modernidad líquida, ilustró con precisión los problemas que, para la humanidad, suponían los grandes cambios sociales que el mundo ha estado experimentando, específicamente en torno a instituciones clásicas como el matrimonio, los roles y las formas de amar en la contemporaneidad, describiéndolas como formas frágiles de vincularnos.

Bajo la metáfora de «liquidez» en el amor, los sentimientos, emociones y las relaciones se adaptan, toman cualquier forma, no atan, no producen ligaduras, y el compromiso queda a un lado por temor a perder la libertad. La idea de la obsolescencia, propia del consumismo, se desplaza al mundo de las relaciones y determina la pauta de estas; ahora los vínculos tienen fecha de expiración y es posible disponer de las personas y sus mundos internos como de cualquier otro objeto. En palabras de Bauman, «La vida líquida es una sucesión de nuevos comienzos con breves e indoloros finales».

Esta última expresión recoge la dinámica de lo que se conoce como ghosting, un fenómeno de ruptura virtual en relaciones de pareja. Históricamente en las culturas de occidente la migración y otros procesos humanos han obligado a que las personas deban separarse físicamente de sus seres queridos, no obstante, cuando subyace un vínculo entre las personas el acontecimiento de la separación trae consigo la necesidad de realizar rituales, actos de sentido y simbolizar, de alguna forma, la experiencia de tal modo que el suceso sea menos doloroso.

Sin embargo, en la era del amor líquido el ghosting (vocablo anglosajón que traduce desaparecer como un fantasma) se encuentra a la orden del día y cada vez son más las personas jóvenes quienes ejercen y se encuentran frente a frente con las nuevas caras del relacionamiento humano. Según Pinzón (2019) el ghosting «es considerado como una notificación irrespetuosa que comunica la finalización de la relación mediante la desaparición del emisor; quien, en dicha situación, decide alejarse y dejar de responder a las llamadas u otros medios de comunicación provenientes del receptor».

Es decir, un final indeseado para alguno de los miembros, inesperado y súbito, en el que a través de un mensaje o del cierre de los canales de comunicación, una persona decide desaparecer sin pronunciar una sola palabra o, en su defecto, sin teclear una sola palabra, dejando al otro como náufrago en un océano de incertidumbres. Tan sencillo como puede ser conectarse también lo puede ser el desconcertarse.

Autores como Calmaestra, Ortega y Mora-Merchán (2008) y Hernández y Solano (2007) han manifestado que «(…) las relaciones virtuales se construyen en un medio social que aumenta las conductas de agresión, puesto que los espacios que deben brindar protección física como, por ejemplo, los hogares, han deteriorado su seguridad por el uso inadecuado del internet.

Así mismo, existe un gran número de usuarios inobservables que interactúan en la red y usuarios que, al permanecer distantes, carecen de empatía frente a la persona que están afectando». Es decir, la virtualización de las realidades está trayendo consigo la despersonalización de las relaciones, la ausencia de corporalidad; la lectura de lenguajes no verbales y la falta de reconocimiento de las expresiones faciales para la codificación de las emociones en la interacción con los otros seres humanos poco a poco se diluye. La empatía ahora es un lujo.

¿Qué sucede en la persona sobre quien se ejerce ghosting?

Si entendemos que este fenómeno consiste en terminar inesperadamente una relación, podremos comprender que sus efectos estarán asociados a la imposibilidad de dar cierre, no poder entender qué fue lo que sucedió, a atribuirse la responsabilidad de lo que ocurrió o no, a cuestionar su capacidad de establecer relaciones con otros, a dudar del valor intrínseco de cada persona e incluso a poner en tela de juicio el corolario primordial, que se es una persona digna de recibir amor (Casado, Venegas, Páez y Fernández; 2001)

Autores como Ailts (2016) en «The Haunting Reality of Ghosting» concuerdan con el hecho de que «el ghosting carece del valioso cierre de una ruptura tradicional: el cierre que conduce a la autointrospección, el crecimiento personal y una comprensión más profunda de lo que está buscando».

Finalmente, si bien es cierto que las relaciones son, de alguna forma, un juego de probabilidades y nadie tiene la certeza de los desenlaces de cada historia, este texto es, sobre todo, un llamado a navegar por la incertidumbre y el misterio del futuro, entendiendo que los vínculos no son un obstáculo, por el contrario, son la única forma en la que la humanidad, como condición individual y social, puede surgir.

La cuarta revolución ha aportado grandes ventajas a nuestras sociedades. No obstante, hoy la invitación gira en torno a la necesidad de recuperar la permanencia de las relaciones, de contrarrestar la idea de que lo humano y lo singular pueden ser reducidos a objetos de consumo; pero, sobre todo, a superar la actual fragilidad de los vínculos humanos.
 
Referencias bibliográficas

Ailts, M. (2016, 04, 07). The haunting reality of Ghosting. Columbia Spectator. Recuperado de https://www.columbiaspectator.com/opinion/2016/04/07/haunting-reality-ghosting/.

Bauman, Z. (2005). Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Madrid, España: Fondo de Cultura Económica

Pinzon, E. (2019).El GHOSTING COMO FENÓMENO DE RUPTURA VIRTUAL EN RELACIONES DE PAREJA. Tesis de pregrado. Fundacion universitaria los libertadores.

Widen, D. (2016, 11, 13). Razones de un fantasmeo. El Ghosting, un ataque a la empatía. [Mensaje en un blog]. Recuperado de https://medium.com/@ElCelestinoOfic/razones-deun-fantasmeo-el-ghosting-un-ataque-a-la-empatía-d80089de082