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Octubre 3, 2020

El apoyo familiar es fundamental para prevenir el embarazo en la adolescencia

El apoyo familiar es fundamental para prevenir el embarazo en la adolescencia
Muchos padres se inquietan ante el embarazo adolescente, las enfermedades de transmisión sexual y hablar de todo lo relacionado con sexualidad con sus hijas e hijos; en muchas ocasiones deciden omitir estas conversaciones al desconocer cómo abordarlas.
El apoyo familiar es fundamental para prevenir el embarazo en la adolescencia

Entendemos que hablar de esto puede parecer complicado y ser un tema controversial al momento de abordarlo al interior de los hogares, a pesar de encontrar información abundante y de fácil acceso; sin embargo, resulta que no todos los artículos que encontramos son del todo ciertos y pueden generar más inconvenientes que soluciones.

Para empezar, como padres y madres debemos reconocer a las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos sexuales y reproductivos y, a partir de ello, generar espacios que permitan dialogar en torno a la educación integral para la sexualidad y el acceso a información, elementos que han demostrado su incidencia en la prevención del embarazo en la adolescencia y conductas de riesgo sexual.

Que los padres y madres hablen con sus hijas e hijos genera un vínculo totalmente positivo para un comportamiento sexual más seguro en la juventud. Es importante reconocer que el apoyo familiar es un factor protector ante esta situación; si las y los adolescentes pueden hablar con confianza y despejar todas sus dudas, muy probablemente habrá cambios en sus conocimientos, creencias y comportamiento en relación con su sexualidad.

Crear un vínculo de confianza entre padre e hijo disminuirá el riesgo de que los y las adolescentes reciban información de otras fuentes que pueden no ser seguras o confiables como amigos, redes sociales e internet.

Por ello, para garantizar la prevención del embarazo adolescente es necesario brindar a los y las jóvenes una educación sexual completa e integral, acceso a anticonceptivos, conocimiento en cuanto a sus derechos sexuales y reproductivos,

además de promover su participación en las actividades extracurriculares, deportivas y artísticas que permitan un desarrollo óptimo.

Pero cuando alguien se refiere a la educación sexual, muchas personas consideran que solo se hace referencia a las relaciones sexuales cuando en realidad va más allá de esto, al incluir elementos como el reconocimiento del propio cuerpo, generar la confianza en sí mismos, apropiarse de los valores, formar un proyecto de vida, conocer y hacer buen uso de los métodos anticonceptivos.

Es necesario ser consciente de que la sexualidad dentro de la adolescencia es una etapa del desarrollo humano, es decir, un proceso por el cual pasamos todos una vez que hemos dejado la infancia, comenzamos a crecer y transitamos hacia la adultez; es justo en este momento en donde el cuerpo y la mente comienzan a vivir una ráfaga de cambios sociales, biológicos, psicológicos y es natural que los jóvenes sientan miedo ante todo aquello que ahora es desconocido y de lo que aún no poseen información ni control.

El comportamiento de los adolescentes va a estar mediado por la intersección entre familia, escuela, comunidad y demás círculos en donde se encuentren inmersos, lo que puede facilitar o complicar su desarrollo y adaptación a las situaciones propias que se le puedan presentar.

El papel de la familia, frente al adolescente, es el de ser orientadora capaz de informar, enseñar y acompañar al adolescente en este momento vital en el que aún no se encuentra preparado para la maternidad o paternidad y necesitan tener una conducta responsable a una edad en la que, lo más probable, es que tengan una vida sexualmente activa.

Por lo anterior, asegúrate de que los adolescentes reciban educación sexual integral y responsable; de no ser así, se incrementa el riesgo para un embarazo adolescente no deseado, lo que conlleva a riesgos sociales, de salud, económicos y psicológicos.